La estrategia de ExxonMobil frente a un mercado energético incierto

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Gabriel Escobar Maya – Fuel MS – Ciudad de México

En un mundo donde la retórica climática abunda y los compromisos de transición energética dominan las agendas corporativas, la decisión de ExxonMobil de aumentar su producción en un 20% para 2030 [1] puede parecer contradictoria. Mientras que algunos de sus competidores como Chevron repliegan sus inversiones en activos fósiles, ExxonMobil parece interpretar los mismos datos desde otra perspectiva estratégica.

La clave podría residir en la cruda realidad señalada por expertos como Dieter Helm: “a pesar de décadas de COPs y promesas de ‘net zero’, hasta ahora no se ha producido una transición de los combustibles fósiles a las energías renovables y estas últimas apenas han contribuido a reducir el aumento de la demanda energética. La producción de petróleo crudo aún supera los 100 mbd (80% de la energía global), el carbón mantiene sus mercados y el gas está en auge” [2]. ExxonMobil, con su visión pragmática, podría estar apostando a que la demanda energética seguirá creciendo, especialmente en mercados emergentes, donde las renovables no cubren el aumento del consumo.

Además, el contexto de mercado podría favorecer esta postura. Por un lado, las mejoras tecnológicas y la reducción de costos en la extracción de hidrocarburos garantizan márgenes atractivos, incluso frente a posibles caídas de precios [3]. Y, por otro lado, este anuncio coincide con la decisión de la OPEP+ de posponer nuevamente el aumento de cuotas de producción de sus miembros, una cuestionada medida destinada a mantener precios elevados que ha abierto una ventana de oportunidad para los productores estadounidenses. ExxonMobil podría estar aprovechando este vacío estratégico, anticipando que su expansión fortalecerá su posición en un mercado que enfrenta precios sostenidos y una demanda robusta, especialmente en regiones emergentes.

Esta decisión podría revelar un cálculo político y financiero: capitalizar en un entorno donde los compromisos climáticos, si bien ambiciosos, carecen de mecanismos efectivos a nivel mundial. ExxonMobil parece posicionarse como un jugador central en un futuro incierto, donde la energía asequible y accesible continuará siendo prioritaria.

La decisión no está exenta de riesgos, tanto financieros como reputacionales, en un entorno donde la presión por reducir emisiones sigue ganando tracción en ciertos sectores. No obstante, si ExxonMobil ha identificado una demanda subestimada o un futuro de precios más altos debido a la insuficiencia de producción global, su estrategia podría redefinir el juego en la industria energética. Será crucial observar si esta maniobra de expansión es un acierto visionario o una apuesta desmedida en un mundo que busca desesperadamente un equilibrio entre sostenibilidad y crecimiento.

1. Exxon cranks up oil output despite fears of supply glut – (https://www.ft.com/content/bcc540dd-a022-4a08-83fe-a5459c432b36)
​2. Climate realism – time for a re-set – (https://dieterhelm.co.uk/energy-climate/climate-realism-time-for-a-re-set.)
3. Improving well productivity helps U.S. oil companies increase production at a lower cost -(https://www.eia.gov/todayinenergy/detail.php?id=63984)

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